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El príncipe que siguió los pasos de Harry y quedó fuera de la corona

La corona real británica no es la única en sufrir problemas familiares; al parecer es un asunto que se vive en cualquier otra monarquía. 

Por Ángel Huerta

La corona real británica no es la única en sufrir problemas familiares; al parecer es un asunto que se vive en cualquier otra monarquía. 
La corona real británica no es la única en sufrir problemas familiares; al parecer es un asunto que se vive en cualquier otra monarquía. 
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La renuncia de el príncipe Harry a la corona británica ha sido un asunto tan impactante, que hasta hoy en día sigue estando en boca de todos. Aunque gran parte de la decisión se explica en el documental “Harry & Meghan” en Netflix, las razones por las que el príncipe decide luchar en contra de lo impuesto por su familia de monarcas siguen siendo muy cuestionadas. 

Bien es cierto que la familia real del Reino Unido es la más conocida y estudiada a nivel mundial desde hace muchos años; sin embargo, monarquías de otros lugares atraviesan también por problemas familiares graves, e incluso, llegan a influenciarse de lo que otros miembros de la realeza hacen o dejan de hacer, y terminan animándose a seguir sus pasos.

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Una de las noticias que está sacudiendo al mundo es, nada menos, que la renuncia del príncipe Nicolás de Dinamarca a sus responsabilidades como miembro de la realeza. Nicolás y sus tres hermanos, no renunciaron a sus títulos de príncipes por decisión propia -como lo hizo Harry, de Inglaterra-, pues fue la reina Margarita II (abuela de los afectados) quién tomó la decisión de cambiarles el puesto real. 

Las razones por las que la reina Margarita de Dinamarca retiró a sus nietos los títulos de príncipes

Tras la triste reacción de sus nietos, Margarita II emitió un comunicado expresando las razones de su decisión. La reina asegura que los títulos reales conllevan grandes responsabilidades a futuro y que ella deseaba que sus nietos no tuvieran que pasar por ello. Además, recordó a todos que los cuatro nietos a los que ahora nombró “condes” son descendientes del hijo menor de la reina, Joaquín, por lo que no consideraba necesario que los jóvenes tuvieran que sacrificar el llevar una vida normal por cumplir con obligaciones de las que no tienen por qué responsabilizarse. 


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