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La disciplina que Vicente Fernandez compartió con Octavio Ocaña, y ninguno de los dos logró perfeccionar

La música y la actuación no fueron las únicas pasiones de los desaparecidos artistas.

Por Ángel Huerta

La música y la actuación no fueron las únicas pasiones de los desaparecidos artistas.
La música y la actuación no fueron las únicas pasiones de los desaparecidos artistas.
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El ícono del género tradicional mexicano, Vicente Fernández, fue un hombre que se caracterizó -entre muchas otras cosas- por ser muy pasional, así como por dar todo de sí mismo para alcanzar los grandes sueños que dieron sentido a su vida. Además de consolidarse como uno de los cantantes más representativos de México, Vicente logró edificar el rancho con el que alguna vez imaginó de niño, al lado de la mujer de su vida y sus hijos. 

A pesar de la abismal diferencia de edades que existía entre Vicente y el joven actor Octavo Ocaña, ambos compartieron el amor por una disciplina alejada del mundo del espectáculo, materia que ninguno de los dos terminó por perfeccionar, y que podría ser ahora considerado un sueño en común que quedó incompleto en sus vidas. 

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Al igual que Octavio, Vicente triunfó en la actuación al protagonizar exitosas películas del cine mexicano; y aunque su estilo de actuación fue completamente distinto, los dos han trascendido como grandes personalidades que México vio nacer y regaló al mundo entero, pero tal vez les hubiera gustado ser también reconocidos como profesionales en la dependencia a la que tanto amor tuvieron desde pequeños. 

Ni Octavio ni Vicente tomaron la decisión de triunfar en la materia 

La disciplina que Vicente Fernández compartió con Octavio Ocaña, fue nada menos que la pasión futbolera. Tanto el cantante como el actor confesaron haber soñado con convertirse en jugadores profesionales de fútbol soccer, y aunque intentaron ser seleccionados para entrenar dentro de los mejores equipos de México, el espectáculo terminó llamando más su atención, y decidieron dejar a un lado su sueño de infancia. No obstante, la afición por tan aclamado deporte siempre se mantuvo viva dentro de los corazones de los artistas, y cada uno disfrutaba al máximo cada partido del equipo al que apoyaban. 

 


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