Los momentos más tristes del programa "El Chavo del 8"

Todos conocemos algún episodio de “El  Chavo del 8” que nos ha hecho sentir nostalgia o tristeza, ya que este programa no era de comedia todo el tiempo y su objetivo era mostrar situaciones que sucedían a diario. Roberto Gómez Bolaños sabía cómo tocar nuestros corazones y hacernos ver la realidad, lo que nos hacía replantearnos esa situación.

Aquí te mostraremos algunos de los momentos en los que el Chavo llegó a ablandar nuestros corazones. Uno de ellos fue cuando culparon al Chavo como ladrón, debido a que el Señor Hurtado escondió en su barril lo que había robado. Esta escena es muy impactante, ya que acusan al Chavo sin duda alguna y con un tono despectivo; haciendo sentir muy mal al Chavo, que nunca fue el culpable de ninguna desaparición de las cosas. Posteriormente, la escena pasa a mostrar al Chavo saliendo de la vecindad con sus cosas y despidiéndose de su icónico barril.

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El siguiente episodio se da en el capítulo de “Vacaciones a Acapulco”, en donde la Chilindrina y Don Ramón ganan un viaje a las exóticas playas y el resto de la vecindad se anima a ir con ellos de vacaciones. Todos los miembros de la vecindad se marchan, dejando atrás al Chavo y sin acordarse de él. Se puede evidenciar la tristeza del Chavo, quien se encuentra jugando solo. Sin embargo, el capítulo da un giro drástico, ya que el Señor Barriga cae en cuenta del triste estado del Chavito y lo invita a ir de viaje con él.

El otro capítulo se presenta cuando Don Ramón regresa a la vecindad, el cual fue impactante, debido a que la emoción por parte de la Chilindrina y de Don Ramón fue inesperada y de seguro, nos puso los pelos de punta a muchos de nosotros, ya que la ayuda de la escena en primer plano ayuda que podamos notar la gran emoción entre los dos grandes personajes.

Uno de los episodios más emotivos es el de los espíritus chocarreros, en donde está Don Ramón, junto a la Chilindrina hablando sobre el hambre que pasa el Chavo, en donde se puede ver que debido a la preocupación constante de Don Ramón sufría de sonambulismo y cada noche iba a dejarle comida a su barril toda las noches.