El caro precio que tuvieron que pagar Harry y Meghan por salirse de la familia real

Desde que Harry y Meghan tomaron la decisión de renunciar a sus lugares dentro de la familia real británica, ambos han tenido que asumir fuertes cambios en varios aspectos de sus vidas. Estos cambios, aunque fueron anunciados por la corona británica a través de un comunicado oficial, son apenas revisados a profundidad a través del recién estrenado documental de Netflix: Harry & Meghan. 

Comunicólogos expertos en el análisis de la realeza -de sus normas, protocolos y dinámicas- aseguran que los duques no imaginaron lo costoso que les resultaría salirse de la familia, pues al renunciar, sus vidas serían modificadas radicalmente. Siguiendo la misma línea, muchos soportan la idea de que la pareja podría terminar separándose definitivamente cuando se vean inmersos en los problemas ocasionados por la alteración de la vida como la conocían. 

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Aunque los propios duques han confesado que aún no terminan por pagar el precio de su renuncia, ambos afirman que no están arrepentidos, y que su vida en familia es ahora mucho más tranquila, libre y feliz. No obstante, Harry y Markle no podrán llevar nunca una vida normal, pues aún cuando abandonaron sus obligaciones reales, todavía deben ajustarse a ciertas normas de las que no se pueden ni podrán desocupar jamás.

Estos son los precios que Harry y Meghan prefirieron pagar antes de continuar con su vida de príncipes

Aunque siguen siendo miembros de la familia real, formalmente Meghan y Harry no deben ser relacionados con la monarquía inglesa. Al renunciar al título de “su majestad”, la pareja renunció también a todo tipo de financiamiento de la corona, a las fundaciones que patrocinaban, a su hogar en el palacio de Kensington, a la herencia de la reina y demás cuestiones materiales; además de ello, los duques ahora tendrán que soportar que sus pequeños hijos no formen parte de la familia real como lo hacen los hijos del príncipe William (quienes se han ganado el lugar de los consentidos de Gran Bretaña y la monarquía), así como de la convivencia frecuente con sus abuelos, tíos y primos.