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La joya más cara que heredó Meghan Markle de la reina Isabel II

Aunque Meghan no heredó las mejores joyas de la reina, posee algunas piezas de alto valor sentimental y económico.

Por Ángel Huerta

Aunque Meghan no heredó las mejores joyas de la reina, posee algunas piezas de alto valor sentimental y económico.
Aunque Meghan no heredó las mejores joyas de la reina, posee algunas piezas de alto valor sentimental y económico.
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La misma Meghan Markle ha reconocido que tanto ella como su pequeña hija Lilibet quedaron fuera del testamento de la reina como consecuencia de su renuncia a la corona; no obstante, muchos aseguran que aún cuando los duques de Sussex hubieran continuado en su papel de miembros oficiales de la monarquía inglesa, la reina las hubiera dejado a un lado. 

La mayor parte de las joyas que pertenecieron a la reina Isabel II ahora son propiedad de Kate Middleton, así como de la pequeña princesa Charlotte. Algunas de las más icónicas joyas, Middleton las ha portado ya en distintos eventos que se han llevado a cabo después del funeral de la reina, mismas que le dan a Kate el elegante porte que caracterizó siempre a la abuela de su marido. 

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Aunque Harry y Meghan han declarado que dicha discriminación por parte de la monarca no es algo que les importe, aseguran también que la decisión llenó de tristeza al príncipe Harry, al darse cuenta que, aún en sus últimos momentos de vida, su abuela no pudo aceptar su amor por la actriz ni la maravillosa familia que ha formado de la mano de Markle. 

Sin imaginarlo, Markle si posee una cara joya que perteneció a la reina

A pesar de los crueles planes de Isabel II, Meghan sí tiene en su armario varias joyas que pertenecieron en algún momento a la monarca, pues desde su matrimonio, Harry regaló la mayor parte de las joyas que fueron de su madre (la princesa Diana) al amor de su vida. Muchas de esas piezas, fueron otorgadas por la misma Isabel II a la entonces esposa de su hijo, y cargan con una historia de siglos. 

La joya más costosa que ahora pertenece a Markle, es nada menos que el anillo de zafiro de 12 quilates y diamantes con el que Harry y ella se comprometieron formalmente. La joya está valuada en millones de euros, y podría ser considerada por los expertos como una de las más costosas en Inglaterra y el mundo.


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