Las exclusivas joyas con las que está decorada la corona de la reina Isabel II

La corona imperial es un accesorio personalizado que los reyes reciben al momento de ascender al trono. Este importante accesorio puede ser utilizado exclusivamente por el rey o reina en función, ya que es símbolo del poder divino del soberano, haciéndolos dignos de respeto y admiración.

La corona de los soberanos ingleses fue fabricada en 1937 para Jorge VI, padre de la recién desaparecida Isabel II. La corona acompaña a los monarcas hasta el día de su entierro, por lo que la historia que podría contar ese lujoso distintivo si hablara, sería algo muy interesante de escuchar para personas de todo el mundo. 

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La lauréola está compuesta por un conjunto de piedras preciosas de alto valor económico, además de ser ajustada cada que asciende un nuevo rey al trono. El exclusivo accesorio es muy imponente, y por todos los elementos que la integran, tiene un peso aproximado de 4.4 libras (aproximadamente 2 kilogramos). 

Las gemas que forman parte de la corona real

El birrete está rodeado de una cadena compuesta exclusivamente de perlas y diamantes, mismo que termina en la punta de la corona con los adornos conocidos como los “pendientes de Isabel”. Sobre el punto de encuentro de las cuatro ramas, se eleva una esfera cubierta de brillantes y una cruz cuadrada portando en su centro el “zafiro de San Eduardo”. Como adición a los diamantes y perlas, rubís, jades y esmeraldas terminan de dar el toque elegante al diseño de la corona.

El simbólico objeto, está valuado exactamente en 4,253,000.97 euros, es decir, $87,781,336.23 pesos mexicanos.