Los lujosos objetos que la reina Isabel II obsequió a Pelé en sus visitas

La primera vez que la reina Isabel II del Reino Unido visitó Latinoamérica, fue cuando realizó una visita de Estado a Brasil, en 1968, siendo recibida por importantes autoridades e influyentes personalidades de la Canarinha. Entre las importantes figuras que fueron convocadas en el Palacio de Guanabara, se encontraba nada menos que el joven futbolista Pelé. 

Desde que Lael Soares -jefa de protocolo del Palacio- presentó al jugador con la monarca, esta externó que ya conocía al joven por su nombre, pues en poco tiempo había conquistado al mundo entero con su talento. Sumado a estas palabras, Isabel II extendió su mano para saludar formalmente al joven, y entablaron un corto diálogo en el que ambos expresaron la felicidad que generaba en ellos su encuentro.

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Isabel II fue invitada para presenciar un importante partido de fútbol soccer entre Río y São Paulo, contienda que se llevó a cabo dentro del Estadio Maracaná, y donde el equipo paulista (liderado por el mundialmente conocido jugador) obtuvo la gloria. A pesar de no haber sido aún el capitán del equipo de São Paulo, Pelé ya demostraba su innato talento para dirigir la cancha, razón por la que el capitán en función Carlos Alberto Torres, cedió la banda del triunfo a Pelé.

Al ser reconocido como el jugador más destacado del partido, O Rei recibió a manos de la monarca de Reino Unido un trofeo de oro, mismo que ha pasado a la historia por la importancia que tuvo a nivel semiótico. Al aceptar el premio, Pelé nuevamente externó a la reina que se sentía sumamente feliz y afortunado de haberla tenido como público de honor en un partido de fútbol soccer. 

Además del trofeo de oro, Isabel II fue muy generosa con Pelé al entregarle esto 

Muchos años después de su encuentro en Brasil, Pelé fue convocado en Inglaterra a petición directa de la reina Isabel II. El ya reconocido como “el mejor futbolista del mundo”, asistió al llamado sin imaginarse el invaluable obsequio que la monarca tenía planeado entregarle, pues ha sido un regalo que pocas personas en la historia tienen oportunidad de recibir: el título de caballero de la Orden del Imperio Británico, mismo que lo posicionaba en un lugar privilegiado de la corona británica, y el cual mantuvo hasta el último día de su vida.